Carlota
- ¡Dios mío,
Carlota! ¡Ayyy! – Isabel entra en casa en un éxtasis total. Sonreía como nunca,
sus ojos brillaban hechas dos estrellas y corrió hacía mí.
- ¿Qué ha pasado?
- David… yo…
¡Ayyy! No me quiero bajar de esta nube…
- Lo veo… lo veo
todo… ¿me lo contarás?
- ¡Claro! – nos
sentamos y ella comienza a contar todo – Me lo encontré junto a la playa y
estuvimos allí hablando un poco. Él fue un amor, me ha dicho que le gustaba un
montón, pero no me ha dicho nada antes porque pensó que yo no quería nada con
él…
- … ¿y entonces?
- Le he dicho que
él era especial para mí y su respuesta fue un beso de esos bien caliente…
¡David besa bien! ¡Besa bien, bien, bien!
- ¡Uhuhuh! Me
alegro por eso… Isabel y David… esto suena perfectamente... ¡Estoy tan feliz
por ti!
- ¡Yo también! Él
me ha invitado a cenar esta noche… yo no sé lo que debo vestir…
- Venga, yo te
ayudo…
Nos fuimos hacía
su habitación y abrimos su armario. Primeramente nos pusimos observando cuales
eran las ropas que Isabel tenía y luego empezamos a elegir las mejores. En la
cama empezaba a caer uno, dos, tres vestidos, algunos pantalones y algunas
camisetas.
- Yo sé que a
David le gusta ver a las chicas con vaqueros… ¿te crees que debo…?
- Es una buena
opción… - le respondo - … tienes que sumar puntos en tu reputación…
- Entonces ya me
lo sé… me llevo estos vaqueros que tanto me encantan con la camiseta verde que
me has regalado…
- Me parece bien…
- Estoy un poco
nerviosa…
- No tienes
motivos para estar nerviosa, Isabel… verás que todo saldrá perfecto…
- Eso espero… ¿y
tú? Yo he visto que ayer has llegado a casa riéndote hecha una loca…
- Sí… Pablo me ha
dicho que su…
- Espera, espera,
espera… - me interrumpe con los ojos bien abiertos mirándome.
- ¿Qué pasa?
- Es la primera
vez que sacas el tema Pablo para nuestra conversación… hasta ahora he sido yo…
tu no…
- ¿Qué quieres
decir con eso? – la interrumpo.
- Dímelo…
confiésalo… comienzas a encantarte por Pablo, además ahora que está solo…
- ¿Pero tú te
tomas drogas? ¿Alucinas?
- No, no me
drogo… si es verdad, puedes confesar, yo no te juzgo…
- Hace algún
tiempo que ya no le veía en la piscina… y ayer tuvimos una conversación
graciosa, hemos hablado de los nombres que nuestras madres nos llaman…
- Lo sabía… yo
supe que Pablo ha dicho a David que tu tenías un nombre muy mono, pero él no
reveló cual era… ¿tú tienes un nombre más allá del baby girl?
- Sí, tengo… ¿yo
nunca te lo he contado?
- Si lo has
hecho, yo no me recuerdo…
- No disfraces,
tú lo sabes… yo me recuerdo de mi madre hablar de eso a ti…
- Sí, pero ella
solo me ha dicho que tenía conexión con la primera palabra que has dicho, que
fue… fue “Boo”…
- Eso es…
- ¿Qué horas son?
– me interrumpe.
- Ocho menos
diez… - respondo.
- ¡Joder, tengo
que darme prisa! – Isabel estaba hecha una loca vistiéndose. Se puso hablando
conmigo y solo ahora se enteró de que tiene que prepararse para irse a cenar
con David. Esta chica es un poco loca, pero la quiero igual. La ayudo a
maquillarse rápidamente, ella se peina el pelo, recoge el chaquetón de cuero y
su bolso negros y corre hacía la puerta.
- Deséame suerte…
- Venga… no la
necesitas, que ya tienes la suerte contigo… - y así nos despedimos en una
abrazo bien apretado.